¿Sabías que la mayoría de las personas tenemos entre 10 y 40 lunares?
Los lunares o nevos son un tipo frecuente de crecimiento en la piel ocasionado por un grupo de células pigmentadas. Algunos permanecen iguales toda la vida y otros, cambian de aspecto o pueden desaparecer con el tiempo.
La mayoría de los lunares son benignos aun así, es importante controlarlos para detectar a tiempo posibles casos de cáncer de piel, especialmente el melanoma maligno.
Los lunares pueden ser rosados, morenos o marrones. Generalmente son redondos u ovalados. Tipos de lunares comunes:
- Los lunares comunes adquiridos: se encuentran en cualquier parte del cuerpo y mayormente en personas de piel clara. Su aparición se debe, por lo general, a la exposición al sol. Hay que prestarles atención para ver si cambian de forma o de color con el tiempo.
- Los lunares atípicos: son más grandes que los comunes y pueden ser lisos o rugosos. Tienen un tono beige o marrón y pueden aparecer solos o agrupados. Se recomienda examinarlos habitualmente porque incrementan el riesgo de melanoma.
- Los lunares congénitos: pueden ser redondos u ovalados y la coloración puede ser desigual. Aparecen en los recién nacidos y su aparición tiene que ver con la genética. Si hay tendencia en la familia, aumenta la probabilidad de que se manifiesten.
- Los lunares spitz: aparecen normalmente en los chicos entre los 3 y los 13 años de edad. El lugar donde se ubican habitualmente es el rostro o la cabeza. Son lisos y benignos y por eso no se recomienda eliminarlos, salvo que tengan una tonalidad rojiza o elevaciones. También se los conoce como lunares de células fusiformes.
- Los lunares con aureola: se forman con una lesión y lo que los distingue es que tienen una aureola blanca alrededor, efecto de la despigmentación de la piel. Suelen ser inofensivos y con el tiempo hasta pueden desaparecer.
El tratamiento para la eliminación de los lunares se realiza a través de láser o cirugía.